Rara vez me han decepcionado las grandes obras de la literatura universal. Cumbres borrascosas no lo ha hecho. Ya hemos dicho en algunas ocasiones que lo que distingue a las grandes obras es que leídas con el pasar del tiempo no pierden su vigencia. Esta alcanza los casi dos siglos desde su publicación, y ahí se encuentran de una u otra forma las grandes pasiones humanas; el amor y el odio, la impermeabilidad de las clases sociales, la venganza…
Emily
crea una obra maestra, con unas voces narrativas sorprendentemente innovadoras
para la época, fundiendo la naturaleza paisajística y la humana de forma
magistral. Arriba sitúa el arrebato, la pasión sin límites, las cumbres
borrascosas; abajo está la vida reposada, la vida regalada, lo previsible, lo
anodino.
Y
en ese escenario, pegados a ese contexto natural y social coloca y nos muestra
el perfil de unos personajes eternos: Heathcliff y Catherine. Que la disfrutéis.
“Nunca
le dije mi amor de palabra, pero si las miradas hablan, podía comprender que yo
estaba locamente enamorado”
“Los
huéspedes son tan extremadamente raros en esta casa, que mis perros y yo, lo
reconozco de buen grado, no sabemos recibirles”
Tendría
el uno alrededor de los cuarenta años, período de vigor mental en que rara vez
acarician los hombres la ilusión de que las muchachas se casen con ellos por
amor”
“Todo
hombre razonable debe hallar suficiente compañía en sí mismo”
“Las
personas orgullosas se causan a sí mismas los peores tormentos”
“El
pequeño Hareton tenía casi cinco años y acababa yo de empezar a enseñarle a
leer”
“Aun
cuando la amase con todas las energías de su alma mezquina, no podría llegar a
amarla en ochenta años lo que yo en un día. Y el corazón de catalina es tan
profundo como el mío”
“Si
se quiere ir que se vaya; la incomodidad de soportar su presencia sobrepasará
la satisfacción que se deriva de atormentarla” Heathcliff de Isabela
“Yo
lloraba tanto por él como por ella. A veces nos compadecemos de criaturas que
carecen de piedad lo mismo para sí mismas que para los demás”
“Y
vive en su propia casa como un criado que no disfruta de la ventaja de un
salario”
¡Vete
con ella a dar una vuelta a la granja. Compórtate como un caballero, recuerda.
No digas palabras feas; no la mires fijamente cuando ella no te mira, y estate
listo a apartar tu rostro cuando ella lo
haga; al hablar, di tus palabras lentamente, y no te metas las manos en los
bolsillos”
“Todos
hemos tenido comienzos y todos hemos tropezado y vacilado en el umbral y, si
hubiéramos tenido el desprecio de nuestros maestros, en lugar de su ayuda,
estaríamos siempre tropezando y vacilando”
“Pero
como sus espíritus tendían a un mismo fin: el uno amando con deseo de poder
estimar y el otro amando con deseo de poder ser estimado, lo lograron alcanzar”
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