Esta obra sorprende porque, teniendo una ambientación histórica real ubicada en la unificación de Italia como trasfondo, viene a mostrarnos la decadencia de una clase social encarnada en el personaje omnipresente de don fabrizio; la aristocracia. Pero con unas excelentes descripciones y reflexiones sobre el alma siciliana, que trasciende el tiempo y el lugar.
Sólo por su capítulo 7 merece la pena leer esta magnífica obra, de la que Visconti ofreció una versión muy fiel al texto original, por lo que añade interés para combinar lectura y visionado de la película; acciones que recomendamos.
Sólo por su capítulo 7 merece la pena leer esta magnífica obra, de la que Visconti ofreció una versión muy fiel al texto original, por lo que añade interés para combinar lectura y visionado de la película; acciones que recomendamos.
Describiendo
el jardín “Cada terrón trascendía un deseo de belleza agotado pronto por la
pereza” pág. 13
“Era
un jardín para ciegos: la vida era ofendida constantemente; pero el olfato
podía extraer de todo él un placer fuerte, aunque no delicado. Las rosas Paul
Neyron, cuyos planteles él mismo había adquirido en París, habían degenerado.
Excitadas primero y extenuadas luego por los jugos vigorosos e indolentes de la
tierra siciliana, quemadas por los julios apocalípticos” pág 13-14
“Mientras
se cenaba en silencio, los ojos azules del príncipe, un poco entristecidos
entre los párpados semicerrados, miraban a los hijos uno tras otro y los
enmudecían de pavor: Pero en realidad pensaba: ¡Qué familia!" Pág. 24
Del
Rey a Frabizio “Tú, Salina, haces honor no sólo a ti mismo, sino a todo el
reino. ¡Qué gran cosa es la ciencia, cuando no le da por atacar a la religión”
pág. 19
“Todavía
soy un hombre vigoroso y ¿cómo puedo contentarme con una mujer que, en el
lecho, se santigua antes de cada abrazo y luego, en los momentos de mayor
emoción, no sabe decir otra cosa que ¡Jesús, María!? Cuando nos casamos, cuando
ella tenía dieciséis años, todo esto me exaltaba, pero ahora… He tenido con
ella siete hijos y jamás le he visto el ombligo. ¿Esto es justo? (…) ¡La
pecadora es ella!” pág. 33
Respecto
de Angélica: “Avanzaba despacio, haciendo mover la amplia falda blanca, y
poseía la calma e invencibilidad de la mujer que está segura de su belleza”
pág. 101
Sobre
el conejo cazado “Mientras los piadosos pulgares acariciaban el mísero hocico,
el animal tuvo un postrer estremecimiento y murió. Pero don Fabrizio y don
Ciccio habían tenido su pasatiempo. El primero había experimentado además del
placer de matar el goce tranquilizador de compadecer.” Pág.132
“Halló
refugio en la Prudencia, la más dúctil y la de más fácil manejo de todas las
virtudes cardinales” pág. 166
De
Angélica: “poseía demasiado orgullo y excesiva ambición para ser capaz de esta
anulación, provisional, de su personalidad, sin la cual no hay amor.” Pág. 182
“…Cómo
el príncipe de Salina ha soportado la revolución. Dice que no ha sido ninguna
revolución y que todo seguirá como antes” pág. 256
“Luego
una discusión había separado a los hermanos, una de esas disputas familiares de
inextricables raíces, que es imposible sanar porque ninguna de ambas partes
habla claramente, por tener cada una mucho que esconder” pág. 260
“Porque
el significado de un noble linaje se halla todo en las tradiciones, es decir,
en los recuerdos vitales, y él era el último en poseer recuerdos insólitos,
distintos de los de otras familias.” Pág. 315
Durante el baile con Angélica “A
cada vuelta que daba le caía un año de los hombros. Pronto se encontró como si
tuviese veinte, cuando en aquella misma sala bailaba con Stella, cuando
ignoraba todavía lo que eran las desilusiones, el tedio y todo lo demás. Por un
instante aquella noche la muerte fue de nuevo a sus ojos “cosa de los demás”
pág. 293-94
“Efectivamente,
Carolina formaba parte de ese grupo de católicos que están convencidos de que
poseen las verdades religiosas más a fondo que el Papa” pág. 328