domingo, 31 de agosto de 2014

Gabriela, clavo y canela. JORGE AMADO.

   Llegué a Jorge Amado de la mano de uno de los pocos lectores del blog que hacen comentarios. Me lo recomendaba haciendo una comparativa con el admirado Gabriel García Márquez, afirmando incluso la superioridad del primero sobre el segundo. al margen de la comparación que a mi juicio no conduce a nada porque es una cuestión de opinión: Cada cual percibe, siente y extrae de la literatura las conclusiones y sentimientos de una forma única y personal; creo que Amado nos adentra de forma magistral en un marco ambiental, a través del cual podemos percibir diversidad de pasiones humanas singulares, salpicadas de relatos entrelazados. Sin duda, una gran novela que merece estar en esta selección que poco a poco estamos configurando. Para no perdérsela.
   Después de esto sólo quiero agradecer a Yuri V.  su comentario, y por supuesto a Jorge Amado  por su magnífica obra. Espero que no sea el último libro suyo que lea.

"Íbanse perdiendo, con el correr del tiempo, los ecos de los últimos tiros cambiados en las luchas por la conquista de la tierra; empero, de aquellos tiempos heroicos había quedado un gustillo a sangre derramada, en la sangre de las gentes de Ilhéus. Y hasta ciertas costumbres: la de alardear de valientes, de cargar revólver noche y día, de beber y jugar. También ciertas leyes dirigían sus vidas. Una de ellas, por cierto que de las menos discutidas, nuevamente habíase cumplido aquel día: la honra de un marido engañado, sólo con la muerte de los culpables puede lavarse. Ley que venía de los tiempos antiguos, que no estaba escrita en ningún código" pág. 6

"Por esa mano venerada, Nacib fue hecho brasileño nato en cierta tarde lejana de su primera infancia, vestido con verde bombachón de terciopelo francés" pág. 41

"Un bar era buen negocio en Ilhéus, y mejor que éste, sólo el cabaret. Tierra de mucho movimiento, de gente que llegaba atraída por la fama de la riqueza, multitud de viajantes llenando las calles, mucha gente de paso, cantidad de negocios resueltos en las mesas de los bares, el hábito de beber corajudamente y la costumbre llevada por los ingleses, cuando se construía el Ferrocarril, de beber un aperitivo antes del almuerzo o de la cena, disputado en una partida de dados, eran hábitos extendidos a toda la población masculina," pág.  47



"Era un viejo seco, resistente a la edad. Su ojos pequeños conservaban un brillo de mando, de hombre acostumbrado a dar órdenes. Siendo uno de los grandes estancieros de la región, habíase hecho un jefe político respetado y temido. El poder había venido a sus manos durante las luchas por la posesión de la tierra, cuando el poderío de Cazuza Oliveira se desmoronó. Habiendo apoyado al viejo Seabra, éste le había entregado la región."  pág. 64

"Sus ojos medían a Anabela, esos ojos de conquistador, del hombre irresistible de la ciudad." pág. 82

"La casa de Gloria quedaba en la esquina de la Plaza, y Gloria se reclinaba en la ventana por las tardes, los robustos senos empinados como una ofrenda a los paseantes. Ambas actitudes escandalizaban a las solteronas que iban a la iglesia, y daban lugar a los mismos comentarios, todos los días, a la hora vespertina de la oración: —Qué falta de vergüenza... —Los hombres pecan hasta sin querer. Sólo con mirar hasta los niños pierden la virginidad de los ojos" pág 89

"Todas las tardes, terminadas las clases y la indispensable charla en la Papelería Modelo, el profesor iba a pasear por la Plaza, veinte veces pasaba ante el jardín de Malvina, veinte veces su mirada suplicante posábase en la joven, en muda declaración." pág. 90

"En las plantaciones, los trabajadores casan hasta con un pedazo de palo si viste polleras. Para tener mujer en casa, para poder acostarse con ella, también para poder conversar. La mujer presta muchos servicios, usted ni siquiera se imagina. Ayuda hasta en la política. Le da hijos a uno, impone respeto. Para lo demás, están las mujerzuelas." pág.  174

"Duro como la piedra más dura era su padre, capaz de romperse pero no de doblarse." pág. 221

"Cosas lindas. A veces hablan difícil, y uno no entiende bien lo que dicen. Es cuando la conferencia es mejor. " pág. 255

"Debían preparar elecciones a la antigua usanza: dominando bancas y juntas electorales, libros de actas. Elecciones a base de tiros. Con lo que se garantizaría el interior. Por desgracia en Ilhéus e Itabuna, ciudades importantes, era difícil emplear tales métodos sin correr ciertos riesgos. Alfredo dijo que el gobernador le había dado garantías absolutas: Mundinho y su gente jamás obtendrían el reconocimiento, aunque vencieran." pág. 263

"—El amor no se prueba ni se mide. Es como Gabriela. Existe, eso sí —dijo Juan Fulgencio—. El hecho de que no se comprenda ni se explique una cosa no acaba con ella. No sé nada de las estrellas, pero las veo en el cielo; son la belleza de la noche." pág.  326

"Juan Fulgencio masticaba un bollito, escupiendo: —Mala calidad, Nacib. La culinaria es un arte, usted debe saberlo. Exige no solamente conocimientos sino, también, y antes que nada, vocación. Su nueva cocinera no nació para eso. Es una charlatana." pág. 348