domingo, 5 de febrero de 2017

"Patria". FERNANDO ARAMBURU. Editorial Tutquets 2016.

   Aunque no figure aquí por su exquisita literatura, no le resta a nuestro juicio mérito para estar; sobre todo porque el tema que trata está necesitado de visiones desde diversos puntos de vista que solo el tiempo puede permitir. La distancia temporal permite y permitirá acercarnos a ello como lo hace Aramburu, con una perspectiva menos visceral. Pero además creemos que el lenguaje y la estructura de la obra son deliberadamente sencillas para dotar de una mayor realidad a la acción.
   Extraordinario el perfil de los personajes y el reflejo del comportamiento de los distintos grupos sociales (familia, amigos, pueblo, ciudad, clero...) ante el terrorismo.
     De obligada lectura. 

Cómo recibe la noticia de la muerte de su padre, Xabier. Atando cabos: “así pues, ETA. Mientras atravesaba la explanada del aparcamiento estableció tres grados de gravedad: movilidad restringida, toda la vida en silla de ruedas, el ataúd.” Pág 48

Reacción a la decisión de Bittori de volver a instalarse en el pueblo. “Yo me huelo que viene a crear problemas, eso seguro, a crisparnos. Somos víctimas del estado y ahora somos víctimas de las víctimas. Nos dan por todas partes.” Pág. 78-79

“Se ofició el funeral, sonaron las campanas a muerto, había pocos vecinos de la localidad en la iglesia, algunos políticos del espectro constitucionalista, algunos parientes venidos ex profeso y poco más. ¿Empleados de la empresa? Ninguno. En la homilía, ni una palabra sobre el atentado. Trágico suceso que a todos nos conmociona” Pág. 83

En el piso de estudiantes de Nerea: “Lo peor del piso: que la facultad quedaba lejísimos, y los bares y las zonas de diversión, también. Luego, cierzo y niebla, llegó el invierno y menudo frío, la madre que me. Se compró una estufa eléctrica. De poco le servía. Apenas se alejaba unos metros del foco de calor, le volvía aquella sensación de cuchillos gélidos que la atravesaban.” Pág. 139

Cómo descubrió la noticia Nerea: “Vio en la pantalla a personas que no podía oír por causa del bullicio del bar. Personas que hablaban ante micrófonos. A un señor con bata blanca, el Lehendakari Ardanza con gesto serio. Y por último vio una calle y una fachada que no le costó reconocer.
   No pudo entretanto contener la orina. Menos mal que llevaba unos vaqueros negros.” Pág. 144

 “¿Y a mí qué me echas en cara? Aunque no le hablaba, era mi amigo. Y no le hablaba porque no se le podía hablar. Hicisteis mal. Os teníais que haber marchado del pueblo. Un año, dos, los que sean. Ahora él estaría vivo, podríais volver. Y además estando fuera, muchos hasta os habríamos echado una mano.” Pág. 237

En el viaje de Aránzazu a Roma “Te lo juro por Dios, durante un rato he pensado que el taxista nos había secuestrado.” Pág. 283

Miren de su hijo Joxe Mari “Ah, yo estaré siempre con mi hijo pase lo que pase. Me importa un rábano lo que diga la gente. Claro que prefiero tenerlo cerca y que trabaje y forme una familia; pero, si no es así, hay que apechar con lo que venga.” Pág. 311

Xabier a su madre “- Yo te haré feliz, maitia, te lo juro. –Pero es que yo no debo ser feliz. -¿Quién te lo prohíbe? – Me lo prohíbo yo. Ahora mismo no se me ocurre un crimen más monstruoso que la pretensión de ser feliz. –Me quedo vacía. Pág 375

“Le metieron la cabeza en una bolsa de plástico. La falta de aire lo ponía frenético. (…) Le contó al médico forense que lo habían torturado. Y el médico le replicó aburridamente que él solo podía consignar lesiones en el parte, de ninguna manera apreciaciones subjetivas o juicios de valor (…) y beber agua”. Pág 508-509

Un poco de humor, “Chunda, chunda. Camisas verdes, pantalones blancos. Y el del bombo con la cara congestionada de felicidad etílica, parecía empeñado en aniquilar a golpe de estruendo las notas de sus camaradas. Así  hasta que acabó la pieza.” Pág. 640