Citando a Azaña: " Veo en los sucesos de España (referido a la Guerra Civil) un insulto, una rebelión contra la inteligencia, un tal desate de lo zoológico y del primitivismo incivil, que las bases de mi racionalidad se estremecen" s/p
“Abel sabe que si se miran
demasiado las fotografías no sirven para invocar una presencia. Las caras se
van despojando de su singularidad igual que una prenda de ropa íntima atesorada
por un amante pierde pronto el olor de quien la llevaba” p. 13
“En el descuido de un segundo
está contenida entera una catástrofe” p. 25
“Hijo de un maestro de obras,
habituado de niño a tratar con albañiles y a trabajar él mismo con sus manos,
Ignacio Abel conservaba un apego práctico y sentimental por los saberes
específicos de los oficios que se convertían en rasgos de carácter en cada
hombre que los cultivaba” p. 48
“Dalí pronto sería tan rico y tan
déspota como Picasso” p. 64
En boca del ingeniero Torroja “el
siglo XIX es todo decoración burguesa y mala copia. Adornos de tarta con
escayola en vez de nata”. p. 112
Primer encuentro “Al estar con
ella se olvidaba de que otras personas existieran. Igual que en el tiempo
comprimido de las canciones y de las películas una transmutación decisiva les
sucedía para siempre en un cruce de miradas” p 113
“Negrín celebró su propia broma
con una carcajada: era tan incapaz de controlar el volumen de su voz como el
apretón de su mano” p. 114
“Pero le producía desgana pensar
en el pasado, en los tiempos de noviazgo, y quizá se avergonzaba de haberla
querido más de lo que ahora alcanzaba a recordar, con un amor anticuado y
verboso, casi de postal romántica coloreada a mano, el amor de un hombre joven
e ignorante que a él le había costado mucho dejar de ser…” p. 116
Sucesos prebélicos “en casa del
abogado Eduardo Ortega y Gasset un niño entrega una cesta de huevos con una
tapadera en forma de gallina diciendo que viene de parte de un cliente
agradecido. El abogado levanta la tapadera y explota una bomba que destruye la
mitad de su casa y a él lo deja ileso.” p.343
“Descubría que la mentira era un
préstamo por el que se acumulaban en un plazo muy breve intereses de usura:
nuevas mentiras alargaban los plazos a un precio todavía mayor y lo dejaban a
merced de acreedores cada vez más impacientes” p. 377
"¡Pero si aquí la política no son
más que palabras, selvas de palabras, hectáreas de discursos con frases
subordinadas! ¿Ha visto usted como se escucha Azaña a sí mismo, cómo redondea
un párrafo, como si le fuera dando un capotazo muy largo a un toro?" p. 439
“La arquitectura determina el ánimo
de la gente, don Juan. Mire esos estadios donde da Hitler los discursos. En una
plaza de toros el sol reblandece las cabezas y al público le da el instinto de
ver sangre y pedir que se corten orejas” p. 444
“Por precaución Ignacio Abel se había quitado la corbata antes de bajar
del tren y había guardado el sombrero en la maleta. Aún no se había adiestrado
en el nuevo oficio de la espera y la paciencia, de la humillada mansedumbre” p.
555
Tras el levantamiento militar “Después del comunicado
oficial sonaba el Himno de Riego y a continuación una voz femenina muy aguda
rompía a cantar “Échale guindas al pavo” con una bulla de palmas y guitarras.
Las noticias repetidas a gritos sobre la derrota de la sublevación o sobre fantásticos
acontecimientos militares se mezclaban con las voces roncas de los parroquianos
pidiendo más rondas de cerveza y raciones de gambas a la plancha o de calamares
fritos” p. 618