miércoles, 24 de octubre de 2018

"Los pacientes del doctor García". ALMUDENA GRANDES. Ed. Tusquets. 2018


   Controvertido por cuestiones menores como la proliferación de personajes o la extensión. Es verdad que asusta al principio y te preguntas cómo vas a poder retenerlos. En seguida te das cuenta de que la historia transcurre de un modo perfectamente enlazado en una trama compleja y sencilla a la vez. Como en todos los de la serie “Episodios de una guerra interminable” (este es el cuarto) su narración es muy fluida, bien documentada (mezcla personajes ficticios con los reales), con una ambientación de trama, lugares y personajes que abordan como temática; la resistencia franquista, la Segunda Guerra Mundial y la colaboración del régimen franquista en el camuflaje de nazis tras la misma.
   Para no perdérselo, seguro que no te dejará indiferente.
  
   “Al reconocer los saqueos, los asesinatos, la criminal venganza que ejercía a diario la gente de su propio bando, del mío, Experta demostraba que era más honrada que yo” Pág. 54
    Referido al personaje de  Manuel Arroyo: “Ella nunca le había pegado, pero nunca le había abrazado (…) Nunca se había colgado de su  cuello al verle entrar por la puerta (…) como hacía con Juan o con Toribio. (…) El había sido siempre de los otros (del grupo de los poco queridos)” Pág 99
   “Los rusos lo mangonean todo, los comunistas hacen la vista gorda (…) los anarquistas y trotskistas siguen haciendo su puta revolución por su cuenta, aunque nos cueste perder la guerra. La Junta de Defensa cerró (finales de 1936) las checas en Madrid, pero nos consta que siguen habiendo centros de detención ilegales sin ningún control” Pág 119
   Referido a sacar el niño adelante y no abortar como él quería: “No había nada en el mundo que me indignara más, que me enfureciera tanto como la invocación a la propia conciencia para situarse por encima de los demás; para obligar a los otros a pasar por el aro. Por eso dejé que mi rabia hablara por mí y par mí” Pág. 178-179
   Experta: “los ricos siempre son ricos , hasta cuando se vuelven pobres (…) en esta casa hay muchas cosas de valor” Pág. 184
   “Están purgando profesiones enteras: médicos, ferroviarios, maestros de escuela, jueces, abogados…” Pág. 272
   “Después de Stalingrado todo será distinto, y cuando los aliados derroten al Eje, la suerte de Franco estará echada” Pág. 275
   Referido a Adrián Gallardo, una expresión que repite a lo largo de todo el libro: “Nunca había sido demasiado inteligente” Pero las luces que tenía le bastaron para iluminar la verdad, para privarle del injusto consuelo de la mentira. Quizá por eso no pudo llorar” Pág. 299
   Respecto de los judíos: “Aquellos condenados no gritaban, no blasfemaban, no les insultaban, no reivindicaban su condición a gritos ni les cubrían de violentas amenazas. Adrián no comprendía su resignación, la mansedumbre con la que acataron su suerte cuando el Hauptsturmführer Kleiber…Pág. 293
   “En absoluto eran inferiores. Al contrario, su superioridad era tal que se arrogaban el privilegio de convertir su muerte en un acto supremo de desprecio, de condena y rencor hacia sus verdugos” Pág. 300
   “Las potencias democráticas han vuelto a jugar a dos barajas: por un lado juzgan a los criminales de guerra en Núremberg con tanta publicidad como si estuvieran rodando una película, pero por otro la verdad es que los nazis se están esfumando de las cárceles y de los campos”. Pág. 351
    “Le entregué el sobre, me senté frente a él para contemplar su reacción y asistir a la caprichosa trayectoria de su sangre, que huyó al instante de su cabeza sólo para regresar a toda prisa y atiborrar sus mejillas de calor” Pág. 425
   “La sensación de impunidad de la que gozaban los antiguos nazis en la Argentina de Perón era aún más completa, más compacta y perfecta que la que les brindaba la España de Franco” Pág. 532
   El general ibérico Manuel Saint-Jean, gobernador militar de la provincia de Buenos Aires, a The Gardian en mayo del 77: “Primero eliminamos a los subversivos; después a sus cómplices; luego a sus simpatizantes; por último, a los indiferentes y a los tibios” Pág. 720