viernes, 2 de octubre de 2020

Nemo” . GONZALO HIDALGO BAYAL. Tusquets, 2016

 Este libro, que por momentos recuerda los primeros libros de Luis Landero, es realmente sorprendente y original en muchos aspectos. Sobre todo en la imaginación con que está  ideado, y el modo en que está escrito, con esos capítulos breves en los cuales se narran anécdotas y sucesos que tienen sentido en sí mismos y conectados finalmente, o el hecho de que los personajes carezcan de nombre  (salvo el protagonista)… Con una escritura plagada de numerosas pequeñas historias, refranes y valiosas reflexiones filosóficas que, en algunos casos, se extienden por todo el capítulo, como los dedicados al valor de la palabra y el silencio. Humor y buena literatura (a ratos con cierto alarde cultista) aderezan esta gran obra que no es fácil de leer, pero que es un disfrute para los que gustamos de la lectura pausada, sin prisas. Pues eso, que la disfrutéis.

“Todos los homenajes en cuanto tales, son tardíos” Pág. 33

“Con el tiempo, sin embargo, que no lo cura todo, sino que enseña a mal vivir con el dolor, se sobrepuso” Pág. 40

“pronunció una fórmula bífida (que cabe definir como aquella en que el contenido es para los destinatarios pero cuya articulación languidece en los labios del hablante: murmurar para sí, suele decirse, o entre dientes) y entró de nuevo en la casona” Pág. 56

“pues es verdad probada: si dos ojos ven dos ojos que miran  hay diálogo, aunque no haya palabras” Pág. 62

“Quien renuncia al lenguaje está condenado a la soledad o a la huida, pienso: o Robinson o Ulises” Pág. 71

“La felicidad pertenece al reino animal, rigurosamente animal (…) tan desdichada es la condición humana  que sólo los infelices son felices” Pág. 73

“De acumular objeciones sobre esta frágil realidad en la que, como nunca pasa nada, lo poco que ocurre se desmenuza por inercia, por desidia, por entretenimiento, y, a menudo, también con mezquindad” Pág. 92

“Y que no regresaría jamás, porque había encontrado la verdadera felicidad en los confines del mundo, que es el único lugar en el que de verdad se puede ser libre y feliz, sin servidumbres” Pág. 99

“El silencio que no es absoluto ya no es silencio” Pág. 103

“El miedo se padece, pero no se declara, se soporta, pero no se exhibe. El miedo es una humillación secreta. Por eso a veces se combate con su ruidosa negación” Pág. 117

“Todos los bodegueros son ateos, no tienen otro dios que el vino (…) si tu dios existiera, no podría sobrevivir a su vergüenza ni sería por tanto, sempiterno” le dijo al ermitaño. Pág. 172

“Nadie intervino; porque de sobra sabemos que intervenir en lucha de gemelos (se han reservado el derecho de ofensa) es el mejor modo de hacer que ambos se vuelvan al unísono contra el mediador (…) Lo que hoy he visto no tiene parangón dijo el viejo cuando se cerró la puerta: dos gemelos llamándose hijoputa” Pág. 202-3

“Bien es verdad que en la pasión de la naturaleza sólo después de la exploración viene el disfrute, que sólo una vez aprehendidos los elementos que configuran el paisaje se llega a los beneficios de la pura contemplación, cuando el alma desplaza el cerebro y el conocimiento da paso al gozo” Pág. 205

“Hay gentes que enseguida hacen culpable de sus tristezas y sus males a quienes les rodean” Pág. 248

“Que nadie sea más infeliz por culpa mía: tal era  su primer mandamiento” Pág. 248

sábado, 30 de mayo de 2020

Fortunata y Jacinta. BENITO PÉREZ GALDÓS. Libro electrónico.


Cómo se puede escribir un relato de mil páginas en el que el personaje principal apenas aparece en una escena en la primera parte, y cuya presencia está constantemente planeando sobre toda la historia.
Cómo se construye una novela con esa cantidad de personajes y que el lector los identifique sin problemas.
Cómo se describe una sociedad tan compleja a través de un entramado social de personajes, ambientes y conductas; aderezados con el mejor humor.
Y cómo se pueden abordar esa ingente cantidad de temas (amor, desamor, celos, monarquía, república, Restauración, moralidad, religión, ateísmo, nepotismo, burguesía, naturaleza, modernidad, progreso…) en diálogos y situaciones individuales, interiores, sociales…
Pues sólo una respuesta; leyendo a Galdós y su Fortunata y Jacinta.
Que la disfrutéis al menos como yo lo he hecho. Por cierto, qué trascendental fue el siglo XIX en el devenir de España.



PARTE PRIMERA
"Juanito acabó por declararse a sí mismo que más sabe el que vive sin querer saber que el que quiere saber sin vivir, o sea aprendiendo en los libros y en las aulas. Vivir es relacionarse, gozar y padecer, desear, aborrecer y amar. La lectura es vida artificial y prestada, el usufructo, mediante una función cerebral, de las ideas y sensaciones ajenas, la adquisición de los tesoros de la verdad humana por compra o por estafa, no por el trabajo" I 1

"Hoy los jóvenes disfrutan de una libertad y de una iniciativa para divertirse que no gozaban los de antaño. Y no creas, no creas que por esto son peores." I 2

"Su boca se fue desellando poquito a poco hasta que rompió, como un erizo de castaña que madura y se abre, dejando ver el sazonado fruto. Palabra tras palabra, fue soltando las castañas, aquellas ideas elaboradas y guardadas con religiosa maternidad, como esconde Naturaleza sus obras en gestación."  II 3

"El gordo Arnáiz y su amigo Pastor, el economista, sostenían que todos los grandes problemas se resuelven por sí mismos".  II 4

"Al fundar los ingleses el gran depósito comercial de Singapur, monopolizaron el tráfico del Asia y arruinaron el comercio que hacíamos por la vía de Cádiz y cabo de Buena Esperanza con aquellas apartadas regiones. Ayún y Senquá dejaron de ser nuestros mejores amigos, y se hicieron amigos de los ingleses". II 4

"Isbel Cordero de Arnáiz, dotada de todas las agudezas del traficante y de todas las triquiñuelas económicas del ama de gobierno, fue agraciada además por el cielo con una fecundidad prodigiosa. En 1845, cuando nació Juanito, ya había tenido ella cinco, y siguió pariendo con la puntualidad de los vegetales que dan fruto cada año."  II 6
"Al ir a misa, desfilaban entre la admiración de los fieles; porque conviene apuntar que eran muy monas"  II 6
"Los conocidos que las veían entrar, decían: «ya está ahí Doña Isabel con el muestrario». La madre, peinada con la mayor sencillez, sin ningún adorno, flácida, pecosa y desprovista ya de todo atractivo personal que no fuera la respetabilidad, pastoreaba aquel rebaño, llevándolo por delante como los paveros en Navidad."  II 6

"¡Fortunaaá! Entonces la chica se inclinó en el pasamanos y soltó un yiá voy con chillido tan penetrante que Juanito creyó se le desgarraba el tímpano. El yiá principalmente sonó como la vibración agudísima de una hoja de acero al deslizarse sobre otra".  III 4

"El pueblo es muy inocente, es tonto de remate, todo se lo cree con tal que se lo digan con palabras finas… Los hombres, digo, los señoritos, somos unos miserables; creemos que el honor de las hijas del pueblo es cosa de juego…"  V 5

"Era hombre sin instrucción, y…, lo que pasa…, por lo mismo que no la tenía gustaba de aparentarla." 121 VII 3
"Aquel ricacho soltero alardeaba de carecer en absoluto del sentimiento de la patria, y estaba tan extranjerizado que nada español le parecía bueno. Los autores dramáticos lo mismo que las comidas, los ferrocarriles lo mismo que las industrias menudas, todo le parecía de una inferioridad lamentable." 122 VII 3

"¡El 3 de enero de 1874!… ¡El golpe de Estado de Pavía! No se hablaba de otra cosa, ni había nada mejor de qué hablar. Era grato al temperamento español un cambio teatral de instituciones, y volcar una situación como se vuelca un puchero electoral. Había estado admirablemente hecho, según D. Baldomero, y el ejército había salvado una vez más a la desgraciada nación española." 239 XI 1
"Y al instante caí… «¡Pero si es esa condenada de Fortunata!». Por mucho que yo te diga, no puedes formarte idea de la metamorfosis… Tendrías que verla por tus propios ojos. Está de rechupete. De fijo que ha estado en París, porque sin pasar por allí no se hacen ciertas transformaciones." 241 XI 1

SEGUNDA PARTE

"Criminal más perverso que los asesinos y ladrones era, según él, el señorito seductor de doncella pobre, que le hacía creer que se iba a casar con ella, y después la dejaba plantada en medio del arroyo con su chiquillo o con las vísperas." 279 II 2

"Lo pasado, pasado está, y el arrepentimiento no deja ni rastro de mancha, pero ni rastro. Lo que diga el mundo no nos importe. ¿Qué es el mundo? Fíjate bien y verás que no es nada, cuando no es la conciencia."  301 II 7 

"—Te lo digo en confianza, porque sé que ha de quedar de ti para mí.
—Descuida, chico, no faltaba más… Ya tú me conoces.
En efecto, Narciso no lo dijo a nadie, con una sola excepción. Porque, verdaderamente, ¿qué importaba confiar el secretillo a una sola persona, a una sola, que de fijo no lo había de propalar?" 307 II 8
"Total, que la noticia llegó a la sutil oreja de Doña Lupe a los tres días de haber salido del labio tímido de Rubinius vulgaris."  308 II 8

"Era una de esas personas que, no habiendo recibido educación, parece que la han tenido cumplidísima, por lo bien que se expresan, por la firmeza con que se imponen un carácter y lo sostienen, y por lo bien que disfrazan con las retóricas sociales las brutalidades del egoísmo humano." 322 III 3
 "Había en ella dos personas distintas, la mujer y la prestamista. El que quisiera estar bien con ella y gozar de su amistad, tuviese mucho cuidado de que las dos naturalezas no se confundieran nunca. Un simple pagaré, extendido y firmado de la manera más cordial del mundo, bastaba a convertir la amiga en basilisco, la mujer cristiana en inquisidora." 329 III 5

Era de esas personas que siempre alaban desmedidamente las cosas propias. Todo lo suyo era siempre bueno: su casa era la mejor de la calle, su calle la mejor del barrio, y su barrio el mejor de la villa." 366 IV 8

 "Mal hecho, ¿verdad? Pues los hijos deben ser para los ricos y no para los pobres, que no los pueden mantener." 394 VI 3

PARTE TERCERA
"—Yo —decía Feijoo—, soy progresista desengañado, y usted tradicionalista arrepentido. Tenemos algo de común: el creer que todo esto es una comedia y que sólo se trata de saber a quién le toca mamar y a quién no." 486 I 1

"El café es como una gran feria en la cual se cambian infinitos productos del pensamiento humano. Claro que dominan las baratijas; pero entre ellas corren, a veces sin que se las vea, joyas de inestimable precio." 491 I 2

"El clima de Cuba y Filipinas le había dejado en los huesos, y como era todo él una pura mojama, relumbraban en su cara las miradas de tal modo que parecía que se iba a comer a la gente". 502 I 5

"—Yo no sé lo que sucederá dentro de viente, dentro de cincuenta años. En la sociedad española no se puede nunca fiar tan largo. Lo único que sabemos es que nuestro país padece alternativas o fiebres intermitentes de revolución y de paz. En ciertos periodos todos deseamos que haya mucha autoridad. ¡Venga leña! Pero nos cansamos de ella y todos queremos echar el pie fuera del plato. Vuelven los días de jarana, y ya estamos suspirando otra vez porque se acorte la cuerda. Así somos, y así creo que seremos hasta que se afeiten las ranas." 513 II 1

"El filósofo cafetero dijo a su amigo que cuando quisiera echar otro párrafo no le buscase más en el Café de Madrid, porque allí había caído en un círculo de cazadores que le tenían marcado y aburrido con la perra pachona, el hurón, y con que si la perdiz venía o no venía al reclamo". 574 IV 7

 "El mundo no vale nada sino por el amor. Es lo único efectivo y real; lo demás es figurado". 652 VI 8

PARTE CUARTA

"yo doy de barato que haya familia en las estrellas; es más, declaro que la hay. Bueno, ¿y qué? La consecuencia es que estarían tan jorobados como nosotros." 692 I 1

"Iban pasando los cansados días del verano, que es en Madrid la estación de las tristezas, porque el sueño y el apetito escasean, la sociedad disminuye, y los que aquí se quedan parece que comen el pan de la emigración." 714 I 6

"¿No se decide usted a darle eso que decía?… No me acuerdo cómo se llama… ¿Eso que suena así como un estornudo?…

—¡Ah! El hatchiss… Lo prepararemos."  737 I 11

"—Pues verás. Fenelón era un bendito; de estos que juzgan a todo el mundo por sí mismos, y que no ven el mal aunque se lo cuelguen de la nariz". 741 I 12

"—Mira, inocente, no te cuides de aumentar la especie. Mientras menos seres humanos nazcan, mejor. Para lo que vale esta vida… (…)—Primo —le dijo el otro mirándole con socarronería—; si quieres hijos, haberlo pensado antes.” 747 II 1

"—Es que esta pícara raza, que no conoce el valor del tiempo, tampoco conoce el del silencio. No podrá usted meterle en la cabeza a esta gente la idea de que la persona que se pone a pegar gritos cuando yo escribo, o cuando pienso, o cuando duermo, me roba. Es una falta de civilización como otra cualquiera. Apoderarse del silencio ajeno es como quitarle a uno una moneda del bolsillo". 748 II 2

"Leopoldo Montes aspiraba a que Rubín le llevase de secretario; pero esto no era fácil.
—Chico, yo se lo diré a Villalonga. Creo que me dan el secretario hecho… Veremos si te meto de inspector de policía". 841 V 6

"Jacinta, furiosa, dice que Dios está chocho y que no hace más que disparates… Pobrecilla… ¡Qué limitada inteligencia la nuestra! No comprendemos nada, pero nada, de lo que Él hace, y nos devanamos los sesos por adivinar el sentido de ciertas cosas que pasan", 862 VI 5

"Interrumpió a la señora la aparición del Padre Nones, que no cabía por la puerta, y tuvo que inclinarse para poder entrar. Toda la estancia se llenó de una negrura triste y severa". 908 VI 14

"No contamos con la Naturaleza, que es la gran madre y maestra que rectifica los errores de sus hijos extraviados. Nosotros hacemos mil disparates, y la Naturaleza nos los corrige. Protestamos contra sus lecciones admirables que no entendemos, y cuando queremos que nos obedezca, nos coge y nos estrella, como el mar estrella a los que pretenden gobernarlo." 918 VI 16


martes, 28 de abril de 2020

La tregua. MARIO BENEDETTI. Cátedra, 2004


   El diálogo interior es por sí mismo intemporal, ya que el ser humano y sus pasiones no cambian sustancialmente a lo largo del tiempo; son sus circunstancias las que lo hacen. Es por eso que esta novela escrita a modo de diario consigue de principio a fin atraparnos, llevados por los paseos y reflexiones que su protagonista realiza.
   Un diario que encierra una pequeña-gran novela. Toda una metáfora de la vida en general, tan necesitada de treguas que nos devuelvan la esperanza.
   Con un estilo tan natural, preciso y directo, que hace más impactante su desenlace; Mario Benedetti logra en apenas docientas páginas conformar una hermosa novela que te hace disfrutar cada día. Yo la he leído pausadamente, casi como se escribe un diario, hasta los instantes finales...

“Esteban es el más huraño. Todavía no sé a quién se dirige su resentimiento, pero lo cierto es que parece un resentido.” Lunes 18 de febrero.


“Blanca tiene por lo menos algo de común conmigo: también es una triste con vocación de alegre”. Lunes 18 de febrero.

“Cuando me jubile, tal vez lo mejor sea abandonarme al ocio, a una especie de modorra compensatoria, a fin de que los nervios, los músculos, la energía, se relajen de a poco y se acostumbren a bien morir. Pero no. Hay momentos en que tengo y mantengo la lujosa esperanza de que el ocio sea algo pleno, rico, la última oportunidad de encontrarme a mí mismo. Y eso sí valdría la pena anotarlo.” Viernes 22 de febrero.

“Se apuró a terminar el tercer café y en seguida miró el reloj. Hay una especie de reflejo automático en eso de hablar de la muerte y mirar en seguida el reloj.” Sábado 23 de febrero.

“Cuando murió mi madre —hará en agosto quince años— yo estaba hecho una ruina. Sólo me sostenía una fervorosa rabia contra Dios, los parientes, el prójimo. Cada vez que recuerdo el velorio interminable, siento asco. Los asistentes se dividían en dos clases: los que empezaban a llorar desde la puerta y después me sacudían entre sus brazos, y los que llegaban tan sólo a cumplir, me daban la mano con empalagosa compunción y a los diez minutos estaban contando chistes verdes.” Viernes 5 de abril.

“Nunca me sentí atraído por las jerarquías. Mi lema secreto: «Cuanto menos jerarquías, menos responsabilidad». La verdad es que uno vive más cómodo sin grandes cargos.” Viernes 26 de abril.

“En una amueblada de la calle Rivera, debe hacer unos seis o siete años, una mujer me dijo esta frase famosa: «Vos hacés el amor con cara de empleado».” Martes 7 de mayo.

“«Mire, Avellaneda, es muy posible que lo que le voy a decir le parezca una locura. Si es así, me lo dice nomás. Pero no quiero andar con rodeos: creo que estoy enamorado de usted».” Viernes 17 de mayo.

“Quizá yo sea un maniático de la equidistancia. En cada problema que se me presenta, nunca me siento atraído por las soluciones extremistas. Es posible que ésa sea la raíz de mi frustración. Una cosa es evidente: si, por un lado, las actitudes extremistas provocan entusiasmo, arrastran a los otros, son índices de vigor, por otro, las actitudes equilibradas son por lo general incómodas, a veces desagradables y casi nunca parecen heroicas. Por lo general, se precisa bastante valor (una clase muy especial de valor) para mantenerse en equilibrio, pero no se puede evitar que a los demás les parezca una demostración de cobardía. El equilibrio es aburrido, además. Y el equilibrio es, hoy en día, una gran desventaja que por lo general la gente no perdona.” Domingo 9 de junio.

“Cuando voy por el trigesimoquinto estornudo, no puedo evitar sentirme en inferioridad de condiciones con respecto al resto del género humano.” Domingo 10 de junio.

“Ella dice que la gente acaba por lo general sintiéndose desgraciada, nada más que por haber creído que la felicidad era una permanente sensación de indefinible bienestar, de gozoso éxtasis, de festival perpetuo. No, dice ella, la felicidad es bastante menos (o quizá bastante más, pero de todos modos otra cosa) y es seguro que muchos de esos presuntos desgraciados son en realidad felices, pero no se dan cuenta, no lo admiten, porque ellos creen que están muy lejos del máximo bienestar.” Domingo 23 de junio.

“En las oficinas no hay amigos; hay tipos que se ven todos los días, que rabian juntos o separados, que hacen chistes y se los festejan, que se intercambian sus quejas y se transmiten sus rencores, que murmuran del Directorio en general y adulan a cada director en particular. Esto se llama convivencia, pero sólo por espejismo la convivencia puede llegar a parecerse a la amistad.” Miércoles 3 de julio.

“Así con la playa vacía, las olas se vuelven imponentes, son ellas solas las que gobiernan el paisaje. En ese sentido me reconozco lamentablemente dócil, maleable. Veo ese mar implacable y desolado, tan orgulloso de su espuma y de su coraje, apenas mancillado por gaviotas ingenuas, casi irreales, y de inmediato me refugio en una irresponsable admiración. Pero después, casi en seguida, la admiración se desintegra, y paso a sentirme tan indefenso como una almeja, como un canto rodado. Ese mar es una especie de eternidad” Domingo 7 de julio.

“A mí me cuesta ser cariñoso, inclusive en la vida amorosa. Siempre doy menos de lo que tengo. Mi estilo de querer es ése, un poco reticente, reservado el máximo sólo para las grandes ocasiones. Quizá haya una razón y es que tengo la manía de los matices, de las gradaciones. De modo que si siempre estuviera expresando el máximo, ¿qué dejaría para esos momentos (hay cuatro o cinco en cada vida, en cada individuo) en que uno debe apelar al corazón en pleno?” Martes 30 de julio.

“«El gran error de algunos empleados es tratar a sus patrones como si fueran personas». Pero me resisto a esa tentación. Son personas. No lo parecen, pero son. Y personas dignas de una odiosa piedad, de la más infamante de las piedades, porque la verdad es que se forman una cáscara de orgullo, un repugnante empaque, una sólida hipocresía, pero en el fondo son huecos. Asquerosos y huecos. Y padecen la más horrible variante de la soledad: la soledad del que ni siquiera se tiene a sí mismo.” Sábado 17 de agosto.

“El día en que el uruguayo sienta asco de su propia pasividad, ese día se convertirá en algo útil.»” Sábado 12 de septiembre.

“Ella me daba la mano y no hacía falta más. Me alcanzaba para sentir que era bien acogido. Más que besarla, más que acostarnos juntos, más que ninguna otra cosa, ella me daba la mano y eso era amor.” Lunes 3 de febrero.

“Desde mañana y hasta el día de mi muerte, el tiempo estará a mis órdenes. Después de tanta espera, esto es el ocio. ¿Qué haré con él?” Viernes 28 de febrero. 

sábado, 25 de abril de 2020

La montaña mágica. THOMAS MANN. Libro electrónico


  Traemos hoy un libro muy apropiado para la situación que estamos viviendo desde hace ya más de cuarenta días. Porque Mann nos habla del tiempo a lo largo y ancho de la novela y en forma de reflexiones, pero también en la estructura narrativa y la duración desproporcionada que otorga a cada período de tiempo que transcurre. El tiempo, tan crucial en esta pandemia.     
  Este es un libro al que el paso del tiempo puede haber afectado. Sobre todo en lo referente a las discusiones filosóficas, políticas o estéticas que mantienen algunos personajes; prescindibles si se quiere, pero que no afecta a la esencia de la obra. Y que por supuesto no la invalidan. Para algunos, pueden ser lo mejor.
  La montaña mágica es como una metáfora del mundo, donde el visitante se zambulle en un microcosmos que lo acoge y lo atrapa. Su protagonista, en cierto modo, es como un aprendiz de la vida. Una vida marcada por la sociedad del entorno de la Primera Guerra Mundial.  
 Siguiendo las indicaciones del propio autor, espero volver a leerlo pasado algún tiempo. Seguro que descubriremos nuevas nichos de disfrute. Y han sido muchos.
(Las citas no están paginadas, pero aparecen ordenadas en la sucesión narrativa)

“El crepúsculo avanzaba rápidamente. Un suave manto rojizo, que en un instante había animado el cielo cubierto, había palidecido, y en la naturaleza reinaba ese estado de transición descolorido, inanimado y triste, que precede a la entrada definitiva de la noche. El valle habitado se extendía ante ellos, alargado y ligeramente sinuoso”

“Cuando recorremos un camino por primera vez, nos parece mucho más largo que cuando ya nos es conocido.”

“La enfermedad acentuaba la conciencia del cuerpo, remitía al hombre a su propio cuerpo y lo dejaba enteramente a merced de éste; así pues, al rebajar al hombre a esa categoría de mero cuerpo, perjudicaba a su dignidad hasta el punto de acabar con ella. La enfermedad era por tanto, inhumana”.

“Se han difundido muchos conceptos erróneos sobre la naturaleza del hastío. Se cree que la novedad y el carácter interesante de su contenido «hacen pasar» el tiempo, es decir, lo abrevian, mientras que la monotonía y el vacío alargan a veces el instante y la hora patéticamente. Pero esto es inexacto, pues, siendo en ocasiones así, la monotonía y el vacío pueden abreviar y acelerar vastas extensiones de tiempo hasta reducirlas a la nada. Por el contrario, un contenido rico e interesante es sin duda capaz de abreviar una hora e incluso un día..."

“—. La música es inapreciable como medio supremo de provocar el entusiasmo, como fuerza que nos arrastra hacia adelante, cuando encuentra el espíritu preparado para sus efectos. Pero la literatura debe haberla precedido. La música sola no hace avanzar el mundo."

“Por eso se instaló como uno de esos médicos que son compañeros de sufrimientos de los que necesitan sus cuidados, que no combaten la enfermedad escapando a su influencia con total independencia y libertad, sino que ellos mismos la soportan, lo que sin duda tiene sus ventajas e inconvenientes.”

“los funcionarios rusos constituyen una clase bastante grosera. Una vez vi uno; llevaba una barba gris y tenía la cara roja… Son, además, corruptibles hasta el extremo y muy aficionados al vodka, ¿sabe?, esa especie de aguardiente… Para cubrir las apariencias se hacen servir algo de comer, setas en conserva o un trozo de bacalao, y lo acompañan con cantidades formidables de alcohol. A esto le llaman una colación…”

“la mecánica se manifestaba como el medio más seguro de aproximación de los pueblos, para favorecer su comprensión recíproca, establecer entre ellos compromisos humanos, destruir los prejuicios y llevarlos hacia la unión universal. La raza humana había salido de la sombra, del miedo y el odio, y por un camino de luz se dirigía hacia un estado ulterior de simpatía, claridad interior, bondad y felicidad, y en este camino la mecánica era el vehículo más útil.”

“Él permaneció en silencio. El muchacho era aún muy joven, y conservaba todavía la costumbre del silencio del escolar que se halla de pie ante su pupitre, que no sabe nada y por eso calla.”

“De momento, basta con que recuerde con qué rapidez una serie, una «larga» serie de días transcurre cuando los pasamos enfermos en la cama. El mismo día se repite sin cesar. Pero como siempre es el mismo, en el fondo, es poco adecuado hablar de «repetición»; sería preciso hablar más bien de «monotonía». 

“la única manera religiosa de considerar una muerte consiste en encontrarla y en entenderla como una parte, como un complemento, como una condición sagrada de la vida"

“Tal es la ingratitud de la juventud que se desarrolla. Acepta los regalos para luego criticar los defectos.”

“—¡Ah, Viena! ¡Se preocupa de ese obstáculo opuesto a la marcha del mundo, seguramente porque usted ve, en el imperio corrompido del que Viena es capital, la momia del sacro imperio germánico!”

“Dices que nos hallamos aquí no para hacernos más sabios, sino para curarnos. Se pueden conciliar ambas cosas, querido, y si no lo crees caes en el dualismo, y eso es siempre un gran error, tenlo en cuenta.”

“un mexicano jorobado, fotógrafo aficionado. Su expresión era la de un sordo a consecuencia de su aislamiento lingüístico,”

“Procure recordar que la tolerancia se convierte en un crimen cuando se tiene tolerancia con el mal.”

“Ustedes no aman la palabra o no saben servirse de ella, o la consideran como una cosa sagrada, y el mundo articulado no sabe ni puede enterarse de cómo se halla con ustedes. Eso es peligroso. La lengua es la civilización misma. Toda palabra, incluso la más contradictoria, es una obligación. Pero el mutismo aisla. Se sospecha que intentaréis romper vuestra soledad por medio de actos.”

"—¡Oh, en España! ¿Qué tal es España?
 “—Mira…, se viaja mal. Las gentes son medio negras. Castilla es muy seca y dura. El Kremlin es más bello que ese castillo o convento allá abajo al pie de la montaña…
—¿El Escorial?
—Sí, el castillo de Felipe." 

“Le dejaban en paz, a la manera de un escolar que disfrutaba de un privilegio particular, porque repetirá el curso y nadie se ocupa ya de él.”

“De esta fiesta mundial de la muerte, de este terrible ardor febril que incendia el cielo lluvioso del crepúsculo, ¿se elevará algún día el amor?


jueves, 30 de enero de 2020

Luz de agosto. WILLIAMS FAULKNER. Seix Barral, 1983


  Uno empieza a saber que está ante una obra maestra, cuando su lectura trasciende y soporta, sin ningún esfuerzo, el paso del tiempo. Y es que han pasado casi noventa años de la publicación de esta obra; pero apenas precisa de actualización alguna para comprender que los temas que plantea (racismo, segregación, fanatismo religioso, la influencia del medio en la persona, la violencia…) siguen estando vigentes, en ocasiones literalmente, a veces con una simple pátina de colorido: la grisura sigue ahí apenas se rasca.
  Son tantas las lecturas que se pueden hacer de esta novela que  sobrepasa el objeto de esta pequeña entradilla. Sólo diremos que nosotros nos hemos dejado llevar por el estilo y estructura narrativa (con ese magistral manejo del tiempo), la recreación de una atmósfera sórdida en la interacción de la geografía física y humana (con su entramado de laberintos psicológicos).
  Después llegó la reflexión acerca de lo que Faulkner nos ha podido decir. Con ese final abierto del que no solemos participar, pero que nunca vimos tan necesario.

“Pasa también allí sus tardes de sábado, solo, mientras los demás obreros callejean por la ciudad con sus trajes de domingo y sus corbatas, presas de esa ociosidad terrible, reticente y sin objeto de los hombres habituados al trabajo” Pág. 39

“No se ha movido. Su voz es tranquila. Y Byron ya se ha enamorado de ella, aunque todavía no lo sabe. No  la mira. Pero siente que aquellos ojos graves, intensos, están clavados en su rostro, en su boca” Pág. 46

“Byron oyó aquello en silencio, pensando para sí mismo que la gente es igual en todas partes, pero que, según parece es en las pequeñas ciudades – en las que el mal es más difícil de cometer, más difícil de guardar en secreto- donde las gentes llegan a inventar más historias de unos y de otros; basta con una cosa: tener una idea, una sola y única idea y susurrarla al oído de los demás”. Pág. 58

“Porque la gente no olvida mucho más tiempo que el que recuerda” Pág. 59

“Con esa forma de actuar de los negros que, como no tienen noción del tiempo, no saben tomar una decisión” Pág. 60

“Porque – piensa Byron- cuando una cosa se convierte en costumbre, siempre está a mucha distancia de la verdad y de los hechos” Pág. 61

“Se suele decir que sólo puede engañar el embustero empedernido. Pero a menudo ocurre que el embustero empedernido y crónico sólo se miente a sí mismo. El hombre cuyas mentiras se aceptan más fácilmente es aquel que durante toda su vida ha tenido fama de veraz” Pág. 70

“Es posible que fuera no sólo porque siempre se acaba uno encontrando a alguien de la misma calaña, sino también porque no se puede evitar que el de la misma calaña le encuentre a uno”. (que Chrismas se asociara con Brown) Pág. 71

“Pues ya había aprendido que, si los niños pueden concebir a los adultos como adultos, los adultos en cambio, sólo pueden concebir a los niños como adultos también” Pág. 114

“Y era todavía demasiado joven para saber hablar sin decir nada” Pág. 117

“Así pues, no esperaba volver a verla nunca, porque el amor, en los jóvenes, no necesita más esperanza que deseo para alimentarse" Pág.143

“Por aquí nos odiaban. Éramos extranjeros, éramos yanquis (…) consideraban que veníamos a incitar a los negros al asesinato y a la violación, y que éramos un peligro para la supremacía de los blancos” Pág. 203

“Ahora sé que lo que convierte en imbécil a un hombre es su incapacidad para seguir los buenos consejos que se da a sí mismo” Pág. 220

“El acre olor de carne sedentaria y mal lavada” Pág. 251

“Y hablan tranquilamente, sin calor, tomándose tiempo para pesar sus palabras, como dos hombres ya inexpugnables en la firmeza de sus convicciones” Pág. 257

“pues una de las más felices facultades de la mente humana es la de poder ignorar lo que la conciencia se niega a asimilar” Pág. 278

“Byron, mirando la cara inconsciente, tiene la sensación de que el hombre entero huye lejos de aquella nariz que se mantiene, invencible, con un resto de orgullo, de valor, que se alza por encima de la pasividad de la derrota como una bandera olvidada sobre una fortaleza en ruinas” Pág. 294-295

“Es la hora en que la tarde muere con un último reflejo color cobre. Es la hora en que más allá de los arces enanos y del bajo rótulo, la calle está disponible y vacía, encuadrada por la ventana del escritorio, como un escenario” Pág. 378