Confieso que fue el hecho de que el autor fuera de "la tierra" lo que me
llevó a interesarme por esta obra. Pero para nada eso justificaría su presencia
aquí. Está aquí porque me parece que presenta una narrativa distinta a lo que
habitualmente he leído.
Con una estructura sencilla, pero originalmente presentada y desarrollada, el autor nos ofrece un relato durísimo que formando una simbiosis con el paisaje sacude a los protagonistas de esta historia que brota con fuerza en el secarral y a la intemperie de la condición humana y los avatares de las circunstancias.
Con una estructura sencilla, pero originalmente presentada y desarrollada, el autor nos ofrece un relato durísimo que formando una simbiosis con el paisaje sacude a los protagonistas de esta historia que brota con fuerza en el secarral y a la intemperie de la condición humana y los avatares de las circunstancias.
Jesús Carrasco muestra unas
dotes descriptivas de acciones sencillas, que nos pasan desapercibidas, pero
que cobran una fuerza increíble en su
pluma.
Impresionante primera obra que
no podemos perdernos.
Así comienza la novela: "Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar. Berreos como jaras calcinadas. Tumbado sobres un costado, su cuerpo en forma de zeta se encajaba en el hoyo sin dejarle apenas espacio para moverse" pág. 9
Referido a los galgos:"Animales místicos que corrían
tras las liebres a toda velocidad y que no se detenían a olfatear porque habían
sido arrojados a la Tierra con el único mandato de la persecución y el
derribo" pág. 10
"El chico escuchó la palabra
"alguacil" en boca del pastor y sintió cómo la sangre le ardía en los
talones y cómo esa flama subía desde el suelo y le abrasaba por dentro como sólo
lo hace la vergüenza" pág. 91
"Las moscas tachonaban las
heridas, formando sonrisas como barboquejos. Recorrían, amontonadas unas sobre
otras, las aberturas en el pellejo, suturándolas a base de infecciones y
poniendo huevos". pág. 108
"Los buitres y los cuervos,
que pronto llegarían, terminarían formando una columna que se vería a
muchos kilómetros de distancia. Un
tornillo volador con su algarabía de plumas negras sobre la tierra
polvorienta". pág. 121
"Y así, mediante esa
imposición, el viejo le transmitió al muchacho el rudimento del oficio, otorgándole
en ese instante la llave de una sabiduría perenne y esencial" pág. 126
"La intemperie le había
empujado mucho más allá de lo que sabía y de lo que no sabía acerca de la vida.
Le había llevado hasta el mismo borde de la muerte y allí, en medio de un campo
de terror, él había levantado la espada en lugar de poner el cuello" pág. 162
"Luego volvió a la
puerta y allí permaneció mientras duró la lluvia, mirando cómo Dios aflojaba
por un rato las tuercas de su tormento" pág. 221