domingo, 16 de febrero de 2014

"Intemperie" JESÚS CARRASCO. Editorial Seix Barral. 2013

  Confieso que fue el hecho de que el autor fuera de "la tierra" lo que me llevó a interesarme por esta obra. Pero para nada eso justificaría su presencia aquí. Está aquí porque me parece que presenta una narrativa distinta a lo que habitualmente he leído.  
  Con una estructura sencilla, pero originalmente presentada y desarrollada, el autor nos ofrece un relato durísimo que formando una simbiosis con el paisaje sacude a los protagonistas de esta historia que brota con fuerza en el secarral y a la intemperie de la condición humana y los avatares de las circunstancias.
 Jesús Carrasco muestra unas dotes descriptivas de acciones sencillas, que nos pasan desapercibidas, pero que cobran una fuerza  increíble en su pluma.  
  Impresionante primera obra que no podemos perdernos.
  
   Así comienza la novela: "Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar. Berreos como jaras calcinadas. Tumbado sobres un costado, su cuerpo en forma de zeta se encajaba en el hoyo sin dejarle apenas espacio para moverse" pág. 9

Referido a los galgos:"Animales místicos que corrían tras las liebres a toda velocidad y que no se detenían a olfatear porque habían sido arrojados a la Tierra con el único mandato de la persecución y el derribo" pág. 10

    "El chico escuchó la palabra "alguacil" en boca del pastor y sintió cómo la sangre le ardía en los talones y cómo esa flama subía desde el suelo y le abrasaba por dentro como sólo lo hace la vergüenza" pág. 91

"Las moscas tachonaban las heridas, formando sonrisas como barboquejos. Recorrían, amontonadas unas sobre otras, las aberturas en el pellejo, suturándolas a base de infecciones y poniendo huevos". pág. 108

"Los buitres y los cuervos, que pronto llegarían, terminarían formando una columna que se vería a muchos  kilómetros de distancia. Un tornillo volador con su algarabía de plumas negras sobre la tierra polvorienta". pág. 121

"Y así, mediante esa imposición, el viejo le transmitió al muchacho el rudimento del oficio, otorgándole en ese instante la llave de una sabiduría perenne y esencial" pág. 126

"La intemperie le había empujado mucho más allá de lo que sabía y de lo que no sabía acerca de la vida. Le había llevado hasta el mismo borde de la muerte y allí, en medio de un campo de terror, él había levantado la espada en lugar de poner el cuello" pág. 162

"Luego volvió a la puerta y allí permaneció mientras duró la lluvia, mirando cómo Dios aflojaba por un rato las tuercas de su tormento" pág. 221