Cómo se puede escribir un
relato de mil páginas en el que el personaje principal apenas aparece en una
escena en la primera parte, y cuya presencia está constantemente planeando
sobre toda la historia.
Cómo se construye una novela
con esa cantidad de personajes y que el lector los identifique sin problemas.
Cómo se describe una sociedad
tan compleja a través de un entramado social de personajes, ambientes y
conductas; aderezados con el mejor humor.
Y cómo se pueden abordar esa
ingente cantidad de temas (amor, desamor, celos, monarquía, república,
Restauración, moralidad, religión, ateísmo, nepotismo, burguesía, naturaleza,
modernidad, progreso…) en diálogos y situaciones individuales, interiores,
sociales…
Pues sólo una respuesta;
leyendo a Galdós y su Fortunata y Jacinta.
Que la disfrutéis al menos
como yo lo he hecho. Por cierto, qué trascendental fue el siglo XIX en el
devenir de España.
PARTE PRIMERA
"Juanito
acabó por declararse a sí mismo que más sabe el que vive sin querer saber que
el que quiere saber sin vivir, o sea aprendiendo en los libros y en las aulas.
Vivir es relacionarse, gozar y padecer, desear, aborrecer y amar. La lectura es
vida artificial y prestada, el usufructo, mediante una función cerebral, de las
ideas y sensaciones ajenas, la adquisición de los tesoros de la verdad humana
por compra o por estafa, no por el trabajo" I 1
"Hoy
los jóvenes disfrutan de una libertad y de una iniciativa para divertirse que
no gozaban los de antaño. Y no creas, no creas que por esto son peores." I 2
"Su
boca se fue desellando poquito a poco hasta que rompió, como un erizo de
castaña que madura y se abre, dejando ver el sazonado fruto. Palabra tras
palabra, fue soltando las castañas, aquellas ideas elaboradas y guardadas con
religiosa maternidad, como esconde Naturaleza sus obras en gestación." II 3
"El
gordo Arnáiz y su amigo Pastor, el economista, sostenían que todos los grandes
problemas se resuelven por sí mismos". II 4
"Al
fundar los ingleses el gran depósito comercial de Singapur, monopolizaron el
tráfico del Asia y arruinaron el comercio que hacíamos por la vía de Cádiz y
cabo de Buena Esperanza con aquellas apartadas regiones. Ayún y Senquá dejaron
de ser nuestros mejores amigos, y se hicieron amigos de los ingleses". II 4
"Isbel
Cordero de Arnáiz, dotada de todas las agudezas del traficante y de todas las
triquiñuelas económicas del ama de gobierno, fue agraciada además por el cielo
con una fecundidad prodigiosa. En 1845, cuando nació Juanito, ya había tenido
ella cinco, y siguió pariendo con la puntualidad de los vegetales que dan fruto
cada año." II 6
"Al
ir a misa, desfilaban entre la admiración de los fieles; porque conviene
apuntar que eran muy monas" II 6
"Los
conocidos que las veían entrar, decían: «ya está ahí Doña Isabel con el
muestrario». La madre, peinada con la mayor sencillez, sin ningún adorno,
flácida, pecosa y desprovista ya de todo atractivo personal que no fuera la respetabilidad,
pastoreaba aquel rebaño, llevándolo por delante como los paveros en Navidad." II 6
"¡Fortunaaá!
Entonces la chica se inclinó en el pasamanos y soltó un yiá voy con chillido
tan penetrante que Juanito creyó se le desgarraba el tímpano. El yiá
principalmente sonó como la vibración agudísima de una hoja de acero al
deslizarse sobre otra". III 4
"El
pueblo es muy inocente, es tonto de remate, todo se lo cree con tal que se lo
digan con palabras finas… Los hombres, digo, los señoritos, somos unos
miserables; creemos que el honor de las hijas del pueblo es cosa de juego…" V
5
"Era
hombre sin instrucción, y…, lo que pasa…, por lo mismo que no la tenía gustaba
de aparentarla." 121 VII 3
"Aquel
ricacho soltero alardeaba de carecer en absoluto del sentimiento de la patria,
y estaba tan extranjerizado que nada español le parecía bueno. Los autores
dramáticos lo mismo que las comidas, los ferrocarriles lo mismo que las
industrias menudas, todo le parecía de una inferioridad lamentable." 122 VII 3
"¡El
3 de enero de 1874!… ¡El golpe de Estado de Pavía! No se hablaba de otra cosa,
ni había nada mejor de qué hablar. Era grato al temperamento español un cambio
teatral de instituciones, y volcar una situación como se vuelca un puchero
electoral. Había estado admirablemente hecho, según D. Baldomero, y el ejército
había salvado una vez más a la desgraciada nación española." 239 XI 1
"Y
al instante caí… «¡Pero si es esa condenada de Fortunata!». Por mucho que yo te
diga, no puedes formarte idea de la metamorfosis… Tendrías que verla por tus
propios ojos. Está de rechupete. De fijo que ha estado en París, porque sin
pasar por allí no se hacen ciertas transformaciones." 241 XI 1
SEGUNDA
PARTE
"Criminal
más perverso que los asesinos y ladrones era, según él, el señorito seductor de
doncella pobre, que le hacía creer que se iba a casar con ella, y después la
dejaba plantada en medio del arroyo con su chiquillo o con las vísperas." 279 II
2
"Lo
pasado, pasado está, y el arrepentimiento no deja ni rastro de mancha, pero ni
rastro. Lo que diga el mundo no nos importe. ¿Qué es el mundo? Fíjate bien y
verás que no es nada, cuando no es la conciencia." 301 II 7
"—Te
lo digo en confianza, porque sé que ha de quedar de ti para mí.
—Descuida,
chico, no faltaba más… Ya tú me conoces.
En
efecto, Narciso no lo dijo a nadie, con una sola excepción. Porque,
verdaderamente, ¿qué importaba confiar el secretillo a una sola persona, a una
sola, que de fijo no lo había de propalar?" 307 II 8
"Total,
que la noticia llegó a la sutil oreja de Doña Lupe a los tres días de haber
salido del labio tímido de Rubinius vulgaris."
308 II 8
"Era
una de esas personas que, no habiendo recibido educación, parece que la han
tenido cumplidísima, por lo bien que se expresan, por la firmeza con que se
imponen un carácter y lo sostienen, y por lo bien que disfrazan con las retóricas
sociales las brutalidades del egoísmo humano." 322 III 3
"Había en ella dos personas distintas, la mujer
y la prestamista. El que quisiera estar bien con ella y gozar de su amistad,
tuviese mucho cuidado de que las dos naturalezas no se confundieran nunca. Un
simple pagaré, extendido y firmado de la manera más cordial del mundo, bastaba
a convertir la amiga en basilisco, la mujer cristiana en inquisidora." 329 III 5
Era
de esas personas que siempre alaban desmedidamente las cosas propias. Todo lo
suyo era siempre bueno: su casa era la mejor de la calle, su calle la mejor del
barrio, y su barrio el mejor de la villa." 366 IV 8
"Mal hecho, ¿verdad? Pues los hijos deben ser
para los ricos y no para los pobres, que no los pueden mantener." 394 VI 3
PARTE
TERCERA
"—Yo
—decía Feijoo—, soy progresista desengañado, y usted tradicionalista
arrepentido. Tenemos algo de común: el creer que todo esto es una comedia y que
sólo se trata de saber a quién le toca mamar y a quién no." 486 I 1
"El
café es como una gran feria en la cual se cambian infinitos productos del
pensamiento humano. Claro que dominan las baratijas; pero entre ellas corren, a
veces sin que se las vea, joyas de inestimable precio." 491 I 2
"El
clima de Cuba y Filipinas le había dejado en los huesos, y como era todo él una
pura mojama, relumbraban en su cara las miradas de tal modo que parecía que se
iba a comer a la gente". 502 I 5
"—Yo
no sé lo que sucederá dentro de viente, dentro de cincuenta años. En la sociedad
española no se puede nunca fiar tan largo. Lo único que sabemos es que nuestro
país padece alternativas o fiebres intermitentes de revolución y de paz. En
ciertos periodos todos deseamos que haya mucha autoridad. ¡Venga leña! Pero nos
cansamos de ella y todos queremos echar el pie fuera del plato. Vuelven los
días de jarana, y ya estamos suspirando otra vez porque se acorte la cuerda.
Así somos, y así creo que seremos hasta que se afeiten las ranas." 513 II 1
"El
filósofo cafetero dijo a su amigo que cuando quisiera echar otro párrafo no le
buscase más en el Café de Madrid, porque allí había caído en un círculo de
cazadores que le tenían marcado y aburrido con la perra pachona, el hurón, y
con que si la perdiz venía o no venía al reclamo". 574 IV 7
"El
mundo no vale nada sino por el amor. Es lo único efectivo y real; lo demás es
figurado". 652 VI 8
PARTE
CUARTA
"yo
doy de barato que haya familia en las estrellas; es más, declaro que la hay.
Bueno, ¿y qué? La consecuencia es que estarían tan jorobados como nosotros." 692
I 1
"Iban
pasando los cansados días del verano, que es en Madrid la estación de las
tristezas, porque el sueño y el apetito escasean, la sociedad disminuye, y los
que aquí se quedan parece que comen el pan de la emigración." 714 I 6
"¿No
se decide usted a darle eso que decía?… No me acuerdo cómo se llama… ¿Eso que
suena así como un estornudo?…
—¡Ah!
El hatchiss… Lo prepararemos." 737 I 11
"—Pues
verás. Fenelón era un bendito; de estos que juzgan a todo el mundo por sí
mismos, y que no ven el mal aunque se lo cuelguen de la nariz". 741 I 12
"—Mira,
inocente, no te cuides de aumentar la especie. Mientras menos seres humanos
nazcan, mejor. Para lo que vale esta vida… (…)—Primo —le dijo el otro mirándole
con socarronería—; si quieres hijos, haberlo pensado antes.” 747 II 1
"—Es
que esta pícara raza, que no conoce el valor del tiempo, tampoco conoce el del
silencio. No podrá usted meterle en la cabeza a esta gente la idea de que la
persona que se pone a pegar gritos cuando yo escribo, o cuando pienso, o cuando
duermo, me roba. Es una falta de civilización como otra cualquiera. Apoderarse
del silencio ajeno es como quitarle a uno una moneda del bolsillo". 748 II 2
"Leopoldo
Montes aspiraba a que Rubín le llevase de secretario; pero esto no era fácil.
—Chico,
yo se lo diré a Villalonga. Creo que me dan el secretario hecho… Veremos si te
meto de inspector de policía". 841 V 6
"Jacinta,
furiosa, dice que Dios está chocho y que no hace más que disparates…
Pobrecilla… ¡Qué limitada inteligencia la nuestra! No comprendemos nada, pero
nada, de lo que Él hace, y nos devanamos los sesos por adivinar el sentido de
ciertas cosas que pasan", 862 VI 5
"Interrumpió
a la señora la aparición del Padre Nones, que no cabía por la puerta, y tuvo
que inclinarse para poder entrar. Toda la estancia se llenó de una negrura
triste y severa". 908 VI 14
"No
contamos con la Naturaleza, que es la gran madre y maestra que rectifica los
errores de sus hijos extraviados. Nosotros hacemos mil disparates, y la
Naturaleza nos los corrige. Protestamos contra sus lecciones admirables que no
entendemos, y cuando queremos que nos obedezca, nos coge y nos estrella, como
el mar estrella a los que pretenden gobernarlo." 918 VI 16