lunes, 10 de octubre de 2022

"Mañana en la batalla piensa en mí". JAVIER MARÍAS. Anagrama, 1994

 

  Una narración plagada de pensamientos del protagonista, que muestran una realidad sobre el funcionamiento del cerebro, especialmente en lo que respecta a la velocidad y diversidad de conexiones que en él se establecen. Javier Marías juega con esos elementos de manera magistral. Consigue interpelarte acerca de lo que tú harías en esa situación, sientes cómo vapulea tu conciencia de un modo ameno y plagado de humor e ironía.  Esto permite que una trama sencilla, sin exceso de personajes que puedan distraer la atención, nos enganche y nos deje paladear los recovecos, desde la ensoñación (en palabras del autor) y reflexiones en que nos sumerge a cada poco: la indecisión, la culpa, la conciencia, el desamor, la duda, el engaño, la conciencia…  

  Como en "Corazón tan blanco", vuelve a establecer conexiones con la obra clásica de W. Shakespeare. Pero este elemento, esencial probablemente en la configuración a modo de tragedia de esta obra, requiere de una segunda lectura tras la del Ricardo III del autor inglés.

  Una lectura imprescindible. Y muy oportuna ahora, después de su fallecimiento.

“por qué este día, este mes, esta semana, un martes de enero o un domingo de septiembre, antipáticos meses de días que uno no elige, qué es lo que decide que se pare lo que estuvo en marcha sin que le voluntad intervenga (…) acaso es la voluntad lo que de pronto se cansa y al retirarse nos trae la muerte.” Pág. 42

(El autor, oh casualidad, ha muerto un domingo de septiembre; el 11 de septiembre de 2022).

“Llevaba unos segundos parado, inmovilizado por mi prisa mental, sin hacer nada, y la prisa nos hace pensar cosas contrarias, se me ocurrió que a ella le habría angustiado la ignorancia de sus allegados de haberlo previsto o sabido, que la creyeran viva si ya no lo estaba” Pág. 48

“Tantas cosas suceden sin que nadie se entere ni las recuerde. De casi nada hay registro, los pensamientos y movimientos fugaces, los planes y los secretos, la duda secreta, las ensoñaciones, la crueldad y el insulto, las palabras dichas y oídas y luego negadas o malentendidas o tergiversadas (…) todo se olvida o prescribe (…) cuan poco va quedando de cada individuo, de qué poco hay constancia, solo una mínima parte y durante poco tiempo”  Pág. 68 

“Salí de la ensoñación, me volvieron las prisas” Pág. 69

Es curioso cómo el pensamiento incurre en lo inverosímil, cómo se lo permite momentáneamente, cómo fantasea o se hace supersticioso para descansar un rato. Cómo es capaz de negar los hechos y hacer que retroceda el tiempo, aunque sea un instante. Cómo se parece al sueño.” Pág. 75

“Todo cortejo resulta ruin si se lo ve desde fuera  o se lo recuerda, una mutua manipulación consentida, el mero cumplimiento trabajoso de un trámite y la envoltura social de lo que no es más que instinto.” Pág. 85

“A lo largo de la historia no ha habido un solo gobernante ni rey que no haya tenido responsabilidad en muertes, casi siempre directa si no indirecta, así ha sido siempre y en todas partes. A veces es solo que no las han impedido, o que no han querido interesarse. Pero con eso ya basta para no estar a salvo. El Solitario se quedó callado” Pág. 148

“El insulto mental solo admite el tuteo” Pág. 162

“La muerte de alguien acerca pasajeramente a quienes deja atrás ese alguien” Pág.166

“Uno nota cuando el enfado podría convertirse en risa, uno se pasa la vida buscando eso, hacer gracia a los otros no solo en el sentido cómico sino en el más amplio de la palabra, el que tiene que ver con esa otra expresión misteriosa “caer en gracia”. Lograr que no se le tengan en cuenta las faltas y los abusos, los fallos que uno cometa.” Pág. 269

“No habrá nadie para desmentirla (A Luisa opinando de Marta), en eso consiste la miserable superioridad de los vivos y nuestra provisional jactancia” Pág. 270

(…) en realidad todo es a la vez de una forma y de su contraria, nadie hace nada convencido de su injusticia (…) el punto de vista de la sociedad no es el propio de nadie, es solo del tiempo, y el tiempo es resbaladizo como el sueño y la nieve compacta y siempre permite decir “ya no soy lo que fui”, es bien fácil, mientras haya tiempo” Pág. 270

“Dice que se pone a pensar al dormirse y los pensamientos le impiden conciliar el sueño. O que los sigue teniendo dormidos y entonces van y le despiertan.

-Así suele ser el insomnio cuando pesa más el pensamiento que el cansancio y el sueño, y cuando más que soñar se piensa, si uno logra dormirse pese a todo” Pág. 310

“Vivir en el engaño es fácil o ser engañado, pensé, y aún más, es nuestra condición natural: nadie está libre de ello y nadie es tonto por ello, no deberíamos oponernos mucho ni debería amargarnos. Sin embargo nos parece intolerable, cuando por fin sabemos” Pág. 350-351

Y esto escribía en 1994. “Y cuan poco va quedando de cada individuo en el tiempo inútil como la nieve resbaladiza, de qué poco hay constancia, y de ese poco tanto se calla, y de lo que no se calla se recuerda después tan solo una mínima parte y durante poco tiempo: mientras viajamos hacia nuestra difuminación lentamente para transitar tan solo por la espalda o revés de ese tiempo, donde uno no puede seguir pensando ni puede seguir despidiendo: Adiós risas, y adiós agravios. No os veré más, ni me veréis vosotros. Y adiós ardor, adiós recuerdos”  Pág. 366-367