jueves, 19 de mayo de 2022

"Tormento". BENITO PÉREZ GALDÓS. Ediciones Rueda, 2001

 

Vuelvo al XIX. Vuelvo a Galdós. Y es que uno y otro me resultan cada vez más fascinantes. Con Tormento, Galdós nos vuelve a deleitar con personajes perfectamente perfilados, tanto a nivel de psicológico como, sobre todo, desde el punto de vista social. Con sus cuidadas descripciones en todo el sentido de la palabra, nos va mostrando escenas en las que fluyen sentimientos y pasiones de un modo natural.

   Así que por su ligereza, frescura, facilidad para leer, que no simplicidad; por su modernidad a la hora de mostrarnos el tormento en que se debaten interiormente los personajes a través del recurso al diálogo interior de los mismos; por la ironía y el humor con que describe el entorno social y político de hipocresía que impera en la sociedad del momento. En definitiva, porque Galdós es un escritor enorme y genial, esta obra debe figurar en nuestro archivo de lector.

“En esta sociedad no vigorizada por el trabajo; y en la cual tiene más valor que en otra parte los parentescos, las recomendaciones, los compadrazgos y amistades; la iniciativa individual es sustituida por la fe en las relaciones. Los bien relacionados lo esperan todo del pariente a quien adulan o del cacique a quien sirven, y rara vez esperan de sí mismos el bien que desean” Pág. 28

“Paquito será un funcionario inteligente, y después… sabe Dios qué. Ahora, lo que más me preocupa es la educación de Isabelita. Es preciso ponerle maestro de piano… de francés. La música y los idiomas son indispensables en la buena sociedad” Pág. 35

“Madrid, sin ser pequeño, lo parece a veces, por la escasa renovación del personal en paseos y teatros” Pág. 37

“- ¡Hacerse monja! Eso es de países muertos. ¡Mendigos, curas, empleados!; ¡La pobreza instituida y reglamentada” Pág. 42

“Dichosos los que han nacido crueles, porque ellos sabrán salir de todos los malos trances… Dios castiga a las personas cuando son malas y también cuando son tontas, y a mí me castiga por las dos cosas, sí” Tormento en Pág. 78

“Nihil novum sub sole”. El hombre es siempre el mismo, y no hay más pecados hoy que ayer. La perversidad tiene poca inventiva, hijo. Si tuviéramos a mano el libro de entradas del infierno, nos aburriríamos de leerlo” Pág. 88

“Amigo, batallas más bravas y espantosas han ganado otros. ¿Y cómo? Con paciencia, nada más que con paciencia. Esta virtud se cultiva con el auxilio de la fe y de la razón” Pág. 89

“Las enfermedades del cuerpo son las medicinas de los males de la mocedad en el espíritu (…) Resumiendo, mi consejo, primero cortar por lo sano, sacrificio completo, extirpación de la maleza en su origen; después horas, días, meses, el agua tibia del tiempo, amigo querido” Pág. 89

“Se le conocía en la manera de llamar, pues tan extremado era su espíritu ahorrativo,  que economizaba hasta el sonido de la campanilla” Pág. 96

“Tal obligación (ir al teatro) solo existía en Madrid, pueblo callejero, que tiene la industria de fabricar tiempo. En Londres, en Nueva York, no se ve un alma por las calles a las diez de la noche. Aquí la noche es día, y todos hacen vida de holgazanes y farsantes. Los abonos a los teatro, como necesidad de las familias, es una inmoralidad, la negación del hogar…” Pág. 123

“¡Oh penitencia, amargor balsámico, dolor que cura! Pág. 119

“Pero en las naturalezas sometidas a rudísimas pruebas acontece que el peligro sugiere el recurso de la salvación y que del exceso de pavura surge el rapto de valor, por la ley de las reacciones” Pág. 141

“Pronto vendrá la catástrofe… los descamisados harán de Madrid un lago de sangre, y lo del noventa y tres de Francia será una fiesta pastoril en comparación de lo que tendremos aquí... Adiós propiedad, adiós familia, adiós religión de nuestros mayores. La piqueta demoledora, la tea incendiaria… ¡Oh, vendrá también el comunismo, el ateísmo, la diosa Razón, el amor libre…!! Pág. 187

“La tengo clavada en el corazón y no me la puedo arrancar. ¡Maldita espina, cómo acaricias hundida y arrancada, cuánto dueles! Te has lucido, hombre insociable …” Pág. 189

“El estilo es la mentira. La verdad mira y calla.” Pág. 61