Este libro, que por momentos recuerda los primeros libros de Luis Landero, es realmente sorprendente y original en muchos aspectos. Sobre todo en la imaginación con que está ideado, y el modo en que está escrito, con esos capítulos breves en los cuales se narran anécdotas y sucesos que tienen sentido en sí mismos y conectados finalmente, o el hecho de que los personajes carezcan de nombre (salvo el protagonista)… Con una escritura plagada de numerosas pequeñas historias, refranes y valiosas reflexiones filosóficas que, en algunos casos, se extienden por todo el capítulo, como los dedicados al valor de la palabra y el silencio. Humor y buena literatura (a ratos con cierto alarde cultista) aderezan esta gran obra que no es fácil de leer, pero que es un disfrute para los que gustamos de la lectura pausada, sin prisas. Pues eso, que la disfrutéis.
“Todos los
homenajes en cuanto tales, son tardíos” Pág. 33
“Con el tiempo, sin embargo, que no lo cura todo, sino que enseña a mal vivir con el dolor, se sobrepuso” Pág. 40
“pronunció una
fórmula bífida (que cabe definir como aquella en que el contenido es para los
destinatarios pero cuya articulación languidece en los labios del hablante:
murmurar para sí, suele decirse, o entre dientes) y entró de nuevo en la casona”
Pág. 56
“pues es verdad probada: si dos ojos ven dos ojos que miran hay diálogo, aunque no haya palabras” Pág. 62
“Quien renuncia
al lenguaje está condenado a la soledad o a la huida, pienso: o Robinson o
Ulises” Pág. 71
“La felicidad
pertenece al reino animal, rigurosamente animal (…) tan desdichada es la
condición humana que sólo los infelices
son felices” Pág. 73
“De acumular objeciones sobre esta frágil realidad en la que, como nunca pasa nada, lo poco que ocurre se desmenuza por inercia, por desidia, por entretenimiento, y, a menudo, también con mezquindad” Pág. 92
“Y que no regresaría jamás, porque había encontrado la verdadera felicidad en los confines del mundo, que es el único lugar en el que de verdad se puede ser libre y feliz, sin servidumbres” Pág. 99
“El silencio
que no es absoluto ya no es silencio” Pág. 103
“El miedo se padece, pero no se declara, se soporta, pero no se exhibe. El miedo es una humillación secreta. Por eso a veces se combate con su ruidosa negación” Pág. 117
“Todos los bodegueros son ateos, no tienen otro dios que el vino (…) si tu dios existiera, no podría sobrevivir a su vergüenza ni sería por tanto, sempiterno” le dijo al ermitaño. Pág. 172
“Nadie intervino; porque de sobra sabemos que intervenir en lucha de gemelos (se han reservado el derecho de ofensa) es el mejor modo de hacer que ambos se vuelvan al unísono contra el mediador (…) Lo que hoy he visto no tiene parangón dijo el viejo cuando se cerró la puerta: dos gemelos llamándose hijoputa” Pág. 202-3
“Bien es verdad
que en la pasión de la naturaleza sólo después de la exploración viene el
disfrute, que sólo una vez aprehendidos los elementos que configuran el paisaje
se llega a los beneficios de la pura contemplación, cuando el alma desplaza el
cerebro y el conocimiento da paso al gozo” Pág. 205
“Hay gentes que enseguida hacen culpable de sus tristezas y sus males a quienes les rodean” Pág. 248
“Que nadie sea más infeliz por culpa mía: tal era su primer mandamiento” Pág. 248