Traemos una novela negra. Pero una novela negra que va más allá de la trama que suele envolver este tipo de subgénero.
“Golpe de gracia” es una
sucesión de fotografías entrelazadas de la sociedad en que se desenvuelve:
barrios del Boston de los años sesenta del pasado siglo; el epicentro del
racismo en aquellos tiempos. Retratos, paisajes urbanos y sociales… conforman
este magnífico álbum que nos acerca a ver y vivir los acontecimientos desde el
conocimiento de la cultura y los problemas de raíces profundas que la sociedad arrastra.
El perfil y la fuerza arrolladora de algunos de los personajes, así como una narración que te atrapa, pero también te interpela; con un uso de diálogos ágiles y precisos que proporcionan un dominio del ritmo temporal y escénico extraordinarios, hacen de esta novela de Lehane un auténtico disfrute literario.
“El Southie High School es igual de desastroso que el Roxbury High School: allí también se desbordan los retretes, y se revientan las tuberías de la calefacción, hay humedades, moho, pintura desconchada en las paredes y se utilizan libros de texto anticuados con las páginas sueltas” Pág. 35
“Y sus siete hijos han aprendido ese orgullo por su barrio como si fuera el evangelio (…) controlan las esquinas, las entradas de las casas, y los cajones de arena de los parques con un orgullo tan inquebrantable que no pueden evitar volverse violentos a la mínima que se sienten cuestionados” Pág. 50
“Era un tipo enorme, de metro noventa, y con unas manos que se
convertían en rollos de acero cuando las cerraba en puños. Si te metías con él,
más te valía llevar contigo a tres colegas, porque no paraba de pelear hasta
que intervenía un forense” Pág. 73
“Está vacío (el piso) como los cementerios, llenos a rebosar de los
restos de lo que nunca volverá a ser” La ausencia del hijo fallecido. Pág. 98
“En primero de secundaria la hermana Loretta solía decirles que el infierno podría no ser
el lugar en llamas del que hablaban los medievalistas, pero sin duda era un
lugar vacío de amor. Ni siquiera el dolor de una llama eterna puede compararse
con el dolor de ese vacío”. Pág. 98
“Beben cerveza como si fuera agua del grifo, fuman cigarrillos como si
el paquete fuera a autodestruirse a medianoche y se llaman de una acera a otra desde
los coches o asomándose a ventanas lejanas, como si la impaciencia fuera una
virtud. Les encanta la iglesia, pero no la misa. Sólo les gustan los sermones
que les asustan, desconfían de los que apelan a su empatía.” Pág. 122
“Todos los hombres miran al infinito, todas las mujeres tienen una
actitud hostil, todos los rostros son más blancos que la pintura más blanca que
jamás hayas visto y justo por debajo de la superficie asoma ese eterno rosa
irlandés que a veces se convierte en acné y a veces no (…) Pág. 123
“Y se dice que tal vez lo contrario del odio no sea el amor, sino la
esperanza. Porque el odio tarda años en construirse, mientras que la esperanza
puede aparecer a la vuelta de la esquina cuando ni siquiera estás viendo hacia
allí.” Pág. 151
“El esfuerzo ayuda, pero para ser grande de verdad hay que inclinarse
hacia aquello para lo que se ha nacido”
Pág. 179
“No me gustan las monjas- balbucea Bobby- A mí tampoco, aunque las
pobres lo tienen crudo: los curas se llevan todo el alcohol y todo el mérito, y
ellas ¿qué? ¿un convento?” Pág. 193
“Pete se cree graciosísimo, por eso va por la tercera esposa con sólo
treinta y dos años” Pág. 205
“Bobby de su hijo, pensando: “no puedo protegerte. Haré lo que esté en mi mano, te enseñaré todo lo que sé, pero si no estoy allí cuando el mundo te lance un mordisco (y aunque esté) no hay garantías de que pueda detenerlo. Puedo quererte, puedo apoyarte, pero no puedo mantenerte a salvo. Y eso me asusta muchísimo. Cada día, cada minuto, cada vez que mi corazón late.” Pág. 343
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