"Retrato en sepia" ISABEL
ALLENDE. Círculo de Lectores. 2000
Esta novela merecía figurar aquí
sólo por su epílogo de apenas unas líneas. El resto de la historia es muy
propia de la autora; de fácil narrativa y con la tendencia a relatar demasiadas
historias dentro de la historia para mi gusto personal. Como digo, su epílogo es
una reflexión que justifica toda la novela; a pesar de lo poco que dedica a la
afición real por la fotografía, que debiera ser el centro de la narración.
Desde el principio trata de
introducir numerosas reflexiones sobre la vida en general que son interesantes
como queda reflejado en las instantáneas que he recogido, si bien algunas de
ellas han de analizarse desde la perspectiva de la fecha en que fue escrita la
novela.
"Sí tía. Dice el abuelo
Agustín que en toda familia respetable se necesita un abogado, un médico y un
obispo" pág. 30
De Tao Chi´en "la esperó con
la callada tenacidad de un amor maduro" pág. 63
"Me entrenó en las labores
de compasión, pero confieso que siempre me resultó incómodo llegar a un barrio miserable en nuestro lujoso
coche cargado de vituallas, con dos lacayos para que distribuyeran los regalos
a unos seres desarrapados que nos daban las gracias con grandes muestras de
humildad, pero con el odio vivo brillando en sus pupilas" pág. 180
"Se trataba de doblegar la
voluntad personal en aras del bien colectivo, de hacernos buenas católicas,
madres abnegadas y esposas obedientes. Las monjas debían comenzar por
dominarnos el cuerpo, fuente de vanidad y otros pecados; no nos dejaban
reírnos, correr, jugar al aire libre. (...) Nos metían miedo a Dios, al diablo, a
todos los adultos, a la palmeta con que nos golpeaban los dedos, a los
guijarros sobre los cuales debíamos hincarnos en penitencia. A nuestros propios pensamientos y deseos,
miedo al miedo. Jamás recibíamos una palabra de elogio por temor a cultivar en
nosotros la jactancia, pero sobraban los castigos para templarnos el
carácter." pág. 181
"En EE. UU. nadie mencionaba la religión, en cambio en
Chile era tema de sobremesa" pág. 186
De su maestra la señorita Pineda
y de su país Chile "cada vez que hacía una pregunta esa magnífica maestra
en vez de contestar, me señalaba el camino para encontrar la respuesta. Me
enseñó a ordenar el pensamiento, investigar, leer y escuchar, buscar
alternativas, resolver viejos problemas con soluciones nuevas, discutir con
lógica. Me enseñó sobre todo a no creer a ciegas, a dudar y preguntar incluso
aquello que parecía verdad irrefutable, como la superioridad del hombre sobre
la mujer o de una raza o clase social sobre otra."
pág. 190
Sobre los orígenes del Chile
"Los mataron a mansalva, con sañas, como bestias. No se puede esperar otra
cosa, somos un país sanguinario... había que saber de dónde veníamos para
entender nuestra vena brutal, nuestros antepasados eran los más aguerridos y
crueles conquistadores españoles, los únicos que se atrevieron a llegar a Chile
a pie... se mezclaron con los araucanos, tan bravos como ellos, único pueblo del continente jamás subyugado..." pág. 220
"La belleza suele ser una
maldición porque despierta las peores pasiones en los hombres. Una mujer
demasiado bella no puede escapar del deseo que provoca" pág. 232
Su abuela Paulina "Las viñas
son como la gente, Aurora, mientras más difíciles son las circunstancias,
mejores son los frutos. Es una lástima que yo descubriera esta verdad tan
tarde, porque de haberlo sabido antes habría aplicado mano dura con mis hijos y
contigo" pág. 245
"el amor es un contrato
libre que se inicia en un chispazo y puede concluir del mismo modo. Mil
peligros lo amenazan y si la pareja lo defiende puede salvarse, crecer como un
árbol y dar sombra y frutos, pero eso sólo ocurre si ambos participan"
pág. 316