domingo, 4 de noviembre de 2012

El lector de Julio Verne. ALMUDENA GRANDES. Editorial Tutquets

  Este "episodio de una guerra interminable" me gustó más que el de Inés; por eso he decidido hacer las fotografías de este gran libro que te sumerge en imágenes no tan desconocidas para quienes tenemos cierta edad. A la vez que se adentra en la intrahistoria de una España en tinieblas y  una trama muy bien resuelta. De fácil lectura, y para no perdérsela. La mejor Almudena que he leído.

Nino a su padre, después de visitar a su tía en la playa "que no iba a contarle que mis primos me habían robado los zapatos, que me los había quitado par jugar descalzo, como ellos, en la playa, y no los había vuelto a ver hasta que madre se enteró y ... que no iba a contarle que la tía María del Mar vendía huevos que ponían sus gallinas porque  eran demasiado caros para que se los comieran sus hijos, ni que ..." pág. 22

Describiendo a Sanchís, uno de los guardias "Él, con el pelo muy negro, los ojos muy verdes, su cuerpo de atleta, la piel bronceada y un perfil que parecía copiado de una estatua griega, disfrutaba de su trabajo hasta tal punto que había logrado convertirse en un hombre feo. El secreto estaba en su boca, el gesto mecánico, violento, que tensaba sus labios gruesos, bien dibujados para desfigurarlos en una línea sutil que expresaba un desprecio incondicional por todas las cosas... le entusiasmaba que le temieran los demás y sabía cómo hacerlo." pág. 106-107

"La gente siempre dice que en Andalucía hace buen tiempo, pero en mi pueblo, en agosto, nos asábamos de calor. El sol caía sobre nosotros como el instrumento de una vieja venganza, y era algo más que la luz que rebotaba en las paredes encaladas como si pretendiera deshacerlas gota a gota... era algo duro, sólido, metálico, como un martillo de llamas sobre la cabeza..." pág. 99-100

"No se puede vivir así, Antonino, así no se puede vivir, porque mañana es fiesta , pero pasado habrá que ir a la compra y me tocará hacer cola con las mujeres, con las madres,  con las hermanas de esos a los que les acabáis de romper todos los huesos..." pág. 81

Al acabar de leer "los hijos del capitán Grant", "asistí a su reencuentro con tristeza, la sensación de orfandad que siempre me dejaban los libros que me habían gustado mucho, sobre todo porque no sabía de dónde iba a sacar otro parecido si curro solo leía novelas de pistoleros, mi madre novelitas rosas y mi padre nada de nada" pág. 124

"En cincuenta días, Catalina la Rubia vivió una tragedia que muchas personas no acumulan en una vida entera, y esos cincuenta días la arrasaron por dentro y por fuera..." pág. 170

"... aquella vida mala, sórdida, insana como un sótano húmedo y sin ventilar donde florecía el moho de un miedo perpetuo, un grumo polvoriento y gris, tan espeso como si fuera sólido, que taponaba su boca para que los secretos les horadaran por dentro, para que perforaran su garganta, su estómago, sus intestinos, porque las palabras que no se dicen hieren, golpean pinchan, queman, destruyen los tejidos del cuerpo y del espíritu" pág. 219

Un ejemplo de apodo con que está salpicada toda la obra, y que según escuché a la autora en una entrevista obedecen a un proceso de investigación "Aniceto Gómez... más conocido como Burropadre porque, aparte de la apicultura, se ganaba la vida con dos asnos sementales a los que los dueñs de yeguas de toda la provincia solían acudir para que las cubrieran y criaran mulos..." pág. 340